jueves, 8 de diciembre de 2011

El grafeno permitirá dispositivos de ciencia ficción



España está a la vanguardia de la fabricación y desarrollo de este material. El grafeno es un material nuevo “de apenas un átomo de grosor”, transparente, ultra duro y el mejor conductor térmico conocido. Con él, se cree que serán posibles en el futuro dispositivos que hoy parecen de ciencia ficción. Jesus de la Fuente fundador de Graphenea, una compañía puntera en el sector detalla en radiocable.com qué es el grafeno, cómo sus aplicaciones puede revolucionar la electrónica y el éxito de esta pequeña empresa vasca que compite con EEUU.

Jesús de la Fuente explica que el grafeno es un material apenas descubierto en 2004: “es una malla de carbono de solo un atomo de grosor y es el primer material que se considera bidimensional porque practicamente no tiene grosor”. Pero lo más revolucionario son sus propiedades: “es 97% transparente, 200 veces más duro que el acero y el mejor conductor térmico que conocemos hasta ahora”.

La combinación de todas estas propiedades hace que se abra la puerta a posibilidades impensables en electrónica con los materiales conocidos hasta la fecha como el silicio u otros metales. De la Fuente habla de dispositivos que “ahora nos parecen de ciencia ficción como baterías que puedan almacenr 100 veces más energía que las actuales y que se carguen en segundos, electrónica más veloz, paneles solares más eficientes y nueva aplicaciones que ahora ni imaginamos”.

Por todo ello, este emprendedor vasco fundó en 2009 Graphenea, una empresa pionera en la fabricación de film o láminas de grafeno con tanta pureza y calidad que “somos el único fabricante con esta tecnología en Europa y solo hay dos compañías en Estados Unidos que compiten con nosotros”. Jesus de la Fuente trabajaba en una empresa relacionada con la energía cuando oyó hablar del grafeno. En 2008 detectó la necesidad de tecnología para fabricar el material. Y consiguió reunir el capital de 3 millones de euros y el personal científico necesario, con la colaboración del Centro Vasco de Nanotecnología.

Hoy son una compañía de referencia a nivel europeo y por ejemplo son suministradores de Nokia. De hecho España en general ocupa una posición muy destacada en el sector: “por un lado tenemos unos grupos de investigación científica muy punteros y muy relevantes sobre todo en el parte de fisica y que desde los inicios han sido mujy competitivos a nivel internaciponal. Y además, que yo conozca somos un total de tres compañias que fabricamos grafeno en España. Nosotros, Avanzare y Graf, aunque ellos lo hacen en un formato distinto: en polvo.”

Jesus de la Fuente resalta que en todo el mundo habrá unas 20 compañías que se dedican al grafeno en el mundo y tres de ellas están en España:

“es una cuota importante y en Europa concentramos la mayor capacidad u oferta. Creo que hemos sido ágiles y rápidos en ponernos a trabajar”.

De la Fuente apunta que el grafeno aun está en fase de desarrollo y que todavía tardaremos un tiempo en ver aplicaciones comerciales. Pero asegura que ya se han logrado producir transistores que funcionan a teraercios y baterías mucho más eficientes. De hecho cree que las primeras aplicaciones que veremos será batería de ultracapacidad que permitan cargar el móvil o el coche eléctrico en segundos en vez de en horas.

http://www.radiocable.com/delafuente-graphenea652.html

Hallan los ojos del primer «monstruo» de la Tierra

De un metro de largo, formidables garras y dientes de sierra, el Anomalocaris, el mayor superdepredador del Cretácico, tenía una visión compleja superior a la de los insectos actuales


Katrina Kenny & University of Adelaide

El Anomalocaris

Los fósiles de los ojos grandes y complejos del Anomalocaris, un invertebrado de un metro de largo considerado el mayor depredador del Cámbrico, han sido hallados en la isla del Canguro, en el sur de Australia. El descubrimiento, portada de la revista Nature, demuestra que estos monstruos gigantes de pesadilla tenían una visión muy aguda, que incluso puede superar a la de la mayoría de los insectos y crustáceos de la actualidad.

Los Anomalocaris (gamba extraña) son un grupo de depredadores marinos gigantes que dominaron los ecosistemas marinos hace más de 500 millones de años. Su aspecto de pesadilla parece sacado de una película de ciencia ficción: cuerpo blando, dos formidables garras frontales y una boca circular con dientes afilados. El descubrimiento de sus ojos muestra los detalles de un sorprendente diseño óptico que confirma que la criatura tenía una visión excelente para apoyar su estilo de vida depredador.
Los fósiles representan unos ojos compuestos -la variedad de múltiples facetas vista en artrópodos como las moscas, los cangrejos, etc- que están entre las más grandes que jamás hayan existido.


Cada ojo tiene hasta 3 cm de largo y contiene más de 16.000 lentes. El número de lentes y otros aspectos de su diseño óptico sugieren que Anomalocaris veía su mundo con una claridad excepcional mientras cazaba en el agua. Tan solo unos pocos artrópodos, como las libélulas modernas, tienen una resolución similar.

El descubrimiento de los ojos compuestos del Anomalocaris confirma que éste es un pariente cercano de los artrópodos, y tiene otras implicaciones en la comprensión de la evolución. Se demuestra que este tipo de órgano para la visión apareció muy pronto en la evolución de los artrópodos, antes que otras estructuras anatómicas características de este grupo como un exoesqueleto duro y las patas para caminar.


sábado, 7 de mayo de 2011

Precisiones sobre la ciencia ficción en México

Por Redacción / EL MEXICANO, el gran diario regional. Se publicó en: Edición impresa
domingo, 03 de abril de 2011

¿Cuáles son las características de la ciencia ficción mexicana además de la aseveración de Federico Schaffler de 1990, al mencionar su calidad literaria?

En primer lugar hay que precisar lo anterior: hay calidad literaria, sí, pero no es la regla. Hay autores valiosos, con un estilo propio, pero la vasta mayoría son escritores aficionados que han visto películas, han atesorado videojuegos, han seguido programas de televisión o han leído comics y por eso creen estar preparados para escribir ciencia ficción.

Pocos son escritores en el sentido literario: creadores que reconocen que no se trata de escribir historias con robots o en planetas lejanos sino que escribir ciencia ficción consiste, como toda literatura, en ejercer un dominio del lenguaje, en crear tramas originales, en hacer coherente una historia, en definir personajes como seres auténticos y no como marionetas que se mueven al antojo de la acción, en establecer una visión de la realidad, en tomar posturas ante el mundo que vivimos. Literatura a secas.

En tal caso, pocos autores hay con esa capacidad en México –y yo diría en cualquier nación-, pero los hay: Gerardo Porcayo, José Luis Zárate, Bernardo Fernández, Pepe Rojo y unos pocos más. Todos ellos siguen en pie de lucha, sin dejarse vencer por la falta de oportunidades editoriales o el desánimo ante el desdén generalizado de la literatura nacional. Y prueba de esta actitud de resistencia la vemos en el proyecto de los minbúks de Pepe Rojo, que desde 2010 ha logrado publicar más de una decena de cuentos de ciencia ficción en formato pequeño y con un impacto inmediato entre los lectores potenciales: los estudiantes universitarios y el público en general.

¿Qué otra característica es visible?

La marca nacionalista, el deseo de decir que somos mexicanos a pesar de que habitamos un país que se nos desmorona entre los dedos. Hay un deseo de darle voz y carácter nacional a nuestros personajes y a las situaciones en que viven. Hay un tic nervioso por imponerle nuestro humor negro al futuro que se vislumbra en cuentos y novelas. Hay un prurito por destruir el país y mandar al infierno a nuestra clase política (verdaderos villanos de nuestra época actual).

Hay un sueño de libertad que busca liberarnos de una iglesia pederasta, de un sistema judicial corrupto, de un gobierno ineficaz, de una sociedad indiferente al dolor ajeno. Hay demasiados apocalipsis en nuestra ciencia ficción y tan pocas utopías. La desesperanza, el cielo negro del porvenir le ganan a la visión quimérica. O peor: hay demasiados chistes para consumo nacional y poca inventiva radical, poca atención al lenguaje.
Por otra parte, el boom de la ciencia ficción mexicana se dio a partir de 1990, cuando apareció Más allá de lo imaginado, la antología de Federico Schaffler en tres tomos, y termina con la publicación de Visiones periféricas de Miguel Angel Fernández en 2002. Durante esa docena de años hubo el intento consciente de crear una comunidad ciencia-ficcionera en el país, una comunidad nacional en serio, con autores ubicados a lo largo y ancho de México, pero especialmente situados en la frontera norte, Puebla y la capital del país.

En esos años se publicaron libros (al menos una media docena por año) de cuentos o novelas, hubo la atención crítica de revistas de literatura en general, como Complot, Blanco móvil o Tierra adentro, se interesaron en el fenómeno de autores mexicanos escribiendo ciencia ficción, y aparecieron libros y ensayos sobre este género de Gabriel Trujillo Muñoz, Miguel Ángel Fernández, Ramón López y Gonzalo Martré. Luego todo volvió a su nivel y cada quien tuvo que rascarse con sus propias uñas. No enraizó porque no hubo editoriales comerciales que apostaran por la ciencia ficción mexicana, como sí sucedió en España o en Argentina. Sin un mercado editorial todo quedó en publicaciones marginales.

Talentos había, y muchos, pero no promotores ni editores que se arriesgaran, que creyeran que era posible mantener una ciencia ficción con sello mexicano. Porque lectores había y por montones a lo largo y ancho del país, pero no oferta editorial para abastecer su interés por este género en su propio país y con sus propios autores, como ya hay en Sudamérica y en España.

Pero la ciencia ficción regresa por sus fueros a partir de 2010, con la antología de Bernardo Fernández, Los viajeros. 25 años de ciencia ficción en México, con la aparición de mi novela Trenes perdidos en la niebla y con la colección de minibúks dedicada a este género literario y que Pepe Rojo logra publicar con el apoyo de la Facultad de Humanidades de la UABC en Tijuana en 2010 y con el apoyo del Cecut en 2011.

Y si a esto agregamos que Federico Schaffler recibe, en su natal Tamaulipas, el reconocimiento que merece como creador emérito en 2011, podemos constatar que la ciencia ficción sigue abriéndose camino en la cultura nacional. Y esa es otra de sus mejores características: este género literario nunca ha padecido del centralismo, siempre ha sido practicado a lo largo y ancho del país sin jerarquías ni sumisiones a la república de las letras, como una narrativa autónoma e independiente que ha luchado por hacerse oír desde Mexicali a Mérida, desde Monterrey a Guadalajara.

Si bien es cierto que la ciencia ficción mexicana es, mayoritariamente, un género escrito por aficionados, es decir, que es una ciencia ficción derivativa o imitativa de las cintas, libros y comics extranjeros, especialmente estadounidenses, es necesario aclarar que la literatura de ciencia ficción escrita por escritores mexicanos profesionales, no tiene tal limitante. O mejor dicho: es una mezcla de Julio Torri con Isaac Asimov, de Amado Nervo con H. P. Lovecraft, de Manú Dornbierer con Angélica Gorodischer, de Diego Cañedo con Philip K. Dick. Un crisol de influencias para todos los gustos y necesidades.

Esa es una gran ventaja, pues incluso entre los escritores estadounidenses, pocos leen obras de autores extranjeros, limitando de esa manera su visión global de la humanidad a su propio entorno literario, a su propia (y única) tradición. El gran problema de la ciencia ficción mexicana reside en un complejo de negación, ya que todos los grandes escritores de nuestro país la han practicado pero se avergüenzan de decirlo en público.

Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Martín Luis Guzmán, José Agustín y un largo etcétera han escrito novelas de ciencia ficción, pero prefieren llamarlas novelas de lo real maravilloso que aceptar lo que realmente son. Creen que si aceptan el membrete a sus libros no los leerían seriamente. Prejuicios de la comunidad literaria que aún no admite a los géneros de terror, de fantasía y de ciencia ficción como auténticos territorios de la imaginación creadora. Pero los lectores saben mejor que muchos autores nacionales que tales membretes no restringen la lectura: a lo más la precisan para aquellos que prefieren ciertos géneros sobre otros.

Ahora, en 2011, hay una tanda de cintas de ciencia ficción mexicanas, que son mas ajustes de cuentas con nuestro pasado político nacional que miradas originales acerca de nuestro futuro. Lo cierto que esta nueva oleada de películas es, al parecer, el inicio de un boom cinematográfico, pero me temo que no sucederá lo mismo en el campo de la literatura mexicana, en donde no se admite que la ciencia ficción representa una de las rutas más creativas y diversificadas de la literatura contemporánea.

Doris Lessing, la novelista británica ganadora del premio Nobel y ella misma practicante destacada de este género, nunca lo ha negado. Ella sabe que la ciencia ficción es un vehículo excelente para expresar las esperanzas y temores de la humanidad de cara al futuro. Nuestros autores nacionales no lo entienden. Para ellos, el realismo del siglo XIX sigue siendo inamovible. Y cuando integran situaciones de ciencia ficción o mezclan la realidad con la fantasía lo llaman literatura experimental. Reconocer que sus obras son literatura de ciencia ficción les da urticaria; les quita crédito, según ellos y ellas, como escritores serios, a tomar en cuenta por la jerárquica república de nuestras letras.

¿Cómo ha cambiado el panorama de la ciencia ficción mexicana desde que empecé a escribir relatos de este género en 1981, desde que comencé a promoverla con cursos en la UABC y con programas radiofónicos en Radio Universidad en 1982?

En estos treinta años creo que hemos avanzado mucho en la arqueología de nuestros orígenes. Ahora sabemos que las raíces de este género en México se remontan a la época colonial, hasta el siglo XVIII; que en todo el transcurrir de México como nación independiente ha habido escritores a su servicio, se han publicado obras importantes.

Ahora, en este siglo XXI, se escribe menos sobre viajes espaciales y más sobre el impacto social de la tecnología, menos sobre monstruos extraterrestres y más sobre el ciber espacio, menos sobre robots y más sobre redes ciudadanas, menos sobre astronautas y más sobre justicia y equidad política y de género.

La ciencia ficción mexicana es contemporánea de la ciencia ficción mundial. Pero sigue igual que en 1981: pequeña, de espaldas contra la pared, luchando por hacerse oír, por hacerse notar en la república de las letras nacionales.

Tal es su reto hoy en día, su desafío.

Fuente: http://www.el-mexicano.com.mx/informacion/suplementos/2/40/identidad/2011/04/03/464437/precisiones-sobre-la-ciencia-ficcion-en-mexico.aspx

martes, 5 de abril de 2011

"La ciencia ficción es más importante que la astronomía" Garik Israelian

 
 
Llega puntual y su aspecto recuerda más al de un roquero que al de uno de los astrofísicos de mayor proyección internacional. Garik Israelian (Ereván, Armenia 1968) confiesa, con una sonrisa oceánica, que no dispone de mucho tiempo, por lo que se apresura a pedir un clásico desayuno de sándwich y café con leche. Israelian lleva una vida ajetreada con interminables reuniones y proyectos de investigación en el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC). Actividad acrecentada tras recibir, en 2010, el premio Viktor Ambartsumian.
 
Israelian participó en el equipo de Michel Mayor, que en 1995 descubrió el primer planeta extrasolar. Un descubrimiento que abrió la puerta a una nueva dimensión de la astrofísica, ya que en menos de 15 años hallaron más de 500 planetas fuera de nuestro sistema solar. "Estamos descubriendo planetas a un ritmo increíble. Y es más probable que existan billones iguales a la Tierra aún desconocidos. La gran mayoría de estrellas tienen planetas pequeños como el nuestro, son más comunes que planetas gigantes gaseosos tipo Júpiter", explica.
 
El camino de Israelian no ha sido fácil, y sus pinitos en el mundo de la ciencia comenzaron de forma tardía y poco ortodoxa. "Era mal estudiante, pero un día vi la película Solaris (1972) y todo cambió". El filme de Tarkosky abrió la mente del investigador armenio, acercándole al género de la ciencia ficción, y del que, aún hoy, asegura: "Es más importante que la propia astronomía porque acerca a los jóvenes a la ciencia". Así, comenzó a leer todos los libros de ciencia ficción que caían en sus manos y, durante un año, devoró toda la bibliografía de este género. Tardó en entrar en la Universidad y sobrevivió trabajando de tramoyista en un teatro, empleando las noches para estudiar Física. "Fue importante para mí educarme sólo, así aprendí a resolver problemas por mi cuenta, siempre quería hacer las cosas solo".

Además de la física teórica, aprendió a tocar el piano y montó una banda de rock a imitación de su grupo favorito, Queen. Paradojas del destino, y de la Astrofísica, Israelian entablaría amistad con el guitarrista de la mítica formación británica, Brian May, también astrofísico, que suele veranear en Tenerife. "Por primera vez pude hablar con una estrella sin necesidad de observar su espectro a miles de años luz", señala sonriendo.
Apura el café mientras un rayo de sol violenta la cristalera. "¿Ves? Por eso vine a España". Sol, tranquilidad y la posibilidad de descubrir planetas extrasolares. Esa es la principal motivación del investigador armenio, que le ha llevado a publicar tres artículos en la revista Nature. "Nos machacaron con nuestro artículo sobre un agujero negro ubicado en un sistema binario con un agujero negro masivo que tiene una estrella muy similar al Sol. Pero pudimos probar, gracias a los espectros, que las supernovas pueden producir agujeros negros. Tuvimos que pasar cuatros controles de astrofísicos de prestigio para se publicara".
Su entusiasmo se desborda cuando explica su último proyecto: el festival Starmus. Un homenaje al cosmonauta Yuri Gagarin que se celebrará en Tenerife y la Palma en junio, y que reunirá a pioneros de la carrera espacial como Alexei Leonov o Valentina Tereshkova. "Por una vez y quizás la última, se reunirán los pioneros del espacio para recalcar que el descubrimiento del cosmos cambiará nuestro mundo".

Fuete: http://www.elpais.com/articulo/ultima/ciencia/ficcion/importante/astronomia/elpepiult/20110311elpepiult_2/Tes

martes, 11 de enero de 2011

Afirma investigador que es de gran calidad literatura tamaulipeca

Afirma investigador que es de gran calidad literatura tamaulipeca


6 enero 2011 11:36
 
 
 
 
TAMPICO (Notimex).— Con la seguridad de haber publicado su investigación 'La narrativa breve tamaulipeca', el experto de El Colegio de la Frontera Norte, Arturo Zárate Ruiz, afirmó que la narrativa breve que se hace en el estado es de gran calidad.


Aseveró que la literatura en Tamaulipas lleva el liderazgo, sobre todo en ciencia ficción, y acotó que no es sólo su apreciación sino que lo demuestra el que los autores nacidos aquí ganan concursos en el país y en el extranjero.

Explicó que para su estudio crítico de la narrativa breve (cuento y novela corta) de su estado, publicado a finales de 2010 con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, debió leer alrededor de 300 textos y estudiar la producción de unos 50 autores.

Se basó en la obra publicada por los autores, en antologías, revistas literarias como 'El Bagre' (Tampico), 'Umbrales' (Nuevo Laredo) y 'A Quien Corresponda' (Matamoros), así como páginas de Internet, detalló el doctor en artes de la comunicación en la Universidad en Wisconsin, en Madison.

Algunas de las características de esta literatura breve son, por un lado, su inclinación por los géneros como la ciencia ficción, en su vertiente conocida como ciberpunk, y la fantasía, dijo el autor del libro editado con la ayuda también del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.

Dejó en claro que también se inclinan por los textos del género siniestro, que realmente son horribles y desagradables, parecido al gore en cine, pero con un toque de humor sarcástico que los salva.

'El pesimismo, lo horrendo y lo perverso sobreabundan en la cuentística tamaulipeca contemporánea... Es difícil ignorar la negrura de las letras tamaulipecas, cómo dejar de notar un matiz en muchas de estas obras: su negrura reside en el humor.

'Si en algún momento en el mundo la ciencia ficción degeneró en dramones de dimensiones cósmicas, ésta ha sido rescatada por los tamaulipecos al trastocar su solemne e ilustrada gravedad en risotadas. He allí su gran contribución a éste y otros géneros', afirmó el investigador.

El investigador señaló que en Tamaulipas brillan por luz propia autores de gran valía como José Luis Velarde, Guillermo Lavín, Federico Schaffler, Gerardo Sifuentes y Orlando Ortiz, por mencionar unos cuantos.

Algunos de nuestros cuentistas producen una narrativa bien armada. Les gusta la ciencia ficción y la fantasía, aunque destaquen también por el realismo descarnado. Desbordan pesimismo, el cual a veces mitigan con el humor, pero más veces exacerban con lo siniestro y lo horrendo. Se interesan, que no obsesionan, por la identidad tamaulipeca o fronteriza'.

Acotó que en la literatura de Tamaulipas no hay algo parecido al 'spanglish' o alguno de los clichés que se han acuñado sobre la frontera como sello de identidad, como tampoco existen los autores obsesionados por la 'fronteridad de la frontera'.

Resaltó también la labor de las escritoras, que añaden a todo lo antes mencionado una preocupación por su identidad y condición de mujeres. Sobresalen algunas tamaulipecas porque, más que descubrir o cuestionar su condición femenina, proponen e impulsan un nuevo modelo de mujer en el estado y en México.

La lista de autoras la encabeza Cristina Rivera Garza, pero también destacan Raquel Rodríguez Brayda, Olga Fresnillo, Bambi Brayda, Altair Tejeda de Tamez y Rebecca Bowman, mencionó.

Sobre su método de análisis, expuso que se centró en la narrativa y seleccionó los textos 'que más llamaron mi atención. Trato además de notar lo que en especial le ofrecen al lector: una narrativa bien armada; ciencia ficción; fantasía, aunque también realismo.

'Mucho pesimismo; éste matizado a veces por el humor, y despeñándose otras veces en lo siniestro y en lo horrible', abundó.

Arturo Zárate Ruiz trabaja para El Colegio de la Frontera Norte, en Matamoros. Se doctoró en artes de la comunicación en la Universidad en Wisconsin, en Madison. Se especializa en retórica. Estudia el discurso político y literario en la frontera de México y Estados Unidos.

Entre sus libros se hallan 'La Ley de Herodes y la ´guerra´ contra las drogas' (2003), 'A Rhetorical Analysis of the NAFTA Debate' (2000) y 'Gracián, Wit, and the Baroque Age' (1996).
 
Fuente: http://www.yucatan.com.mx/20110106/nota-7/58432-afirma-investigador-que-es-de-gran-calidad-literatura-tamaulipeca.htm

Reconocen mérito de Federico Schaffler

Reconocen mérito de Federico Schaffler


Por: Primitivo López

Fecha:2010-12-20





El Gobierno del Estado de Tamaulipas, a través del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, ha designado al neolaredense Federico Schaffler González como “Creador Emérito 2011”, en virtud a su trayectoria de más de 27 años como escritor, promotor de la literatura fantástica mexicana y formador de nuevas generaciones de creadores literarios.

Esta distinción se presenta cada año a un solo creador, mayor de 50 años, quien se haya distinguido por dejar honda huella en su disciplina, en reconocimiento a sus aportaciones individuales y a la entrega y dedicación para impulsar a nuevos creadores.

Se hace a través del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico, a propuesta de universidades, organizaciones de la sociedad civil o asociaciones culturales, en éste caso la Universidad Valle de México, la Universidad Tec Milenio y Esfera Ciudadana, todas de Nuevo Laredo, que de manera conjunta presentaron la recomendación.

Las propuestas de candidatos para el reconocimiento de Creador Emérito, se reciben de todo Tamaulipas y de todo México, las cuales son evaluadas por un consejo integrado por creadores de reconocimiento internacional y por funcionarios de CONACULTA y el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, quienes determinan a quien se hace merecedor de dicha distinción.

Federico Schaffler González fue Becario del Centro Mexicano de Escritores (1990-1991), siendo sus maestros Alí Chumacero y Carlos Montemayor y uno de sus compañeros de generación Jorge Volpi. Ha publicado más de 100 cuentos y ensayos en revistas y libros nacionales e internacionales, así como 25 libros, como autor y como antologador, de narrativa, ensayo, crónica e historia.

Parte de su trayectoria como escritor y promotor ha sido reseñada en The Encyclopedia of Science Fiction, de John Clute y Peter Nicholls (1995); Latin American Science Fiction Writers, an A to Z guide, editada por Darrell B. Lockhart) 2004), Los confines (1999) y Biografías del futuro (2000), ambos de Gabriel Trujillo y Expedición a la ciencia ficción mexicana (2001) de Ramón López Castro, entre muchos otros.

Su obra y contribución ha sido tema de tesis doctorales (La ciencia ficción mexicana contemporánea y el mundo distópico en los espacios urbanos, de Miguel Ángel Estrada Quiñones, Universidad de Nuevo México, 2005) y ha sido reconocida, comentada y reseñada por críticos en Italia, Alemania, España, Canadá, Argentina, Estados Unidos y México.

Ha sido conferencista en el Festival Internacional Cervantino, las Ferias Internacionales del Libro de Guadalajara, Palacio de Minería y Monterrey, el Coloquio Internacional de Literatura Fantástica y del Festival Internacional Tamaulipas, entre otros.

Su primer cuento publicado (1983), “Un error de cálculo” aparece en “El futuro en llamas, cuentos clásicos de la ciencia ficción mexicana” (1997), editado por Gabriel Trujillo, apareciendo al lado de Amado Nervo, Juan José Arreola, José Emilio Pacheco, José Agustín y Paco Ignacio Taibo II. Traducido como “A Miscalculation”, se publicó en “Cosmos Latinos”, an anthology of science fiction from Latin America and Spain”, editado por Andrea L. Bell y Yolanda Molina Gavilán, (2003), en donde aparece al lado de Miguel de Unamuno, Juan José Arreola, Daína Chaviano, Luis Britto García, Braulio Tavares y Angélica Gorodischer, entre otros.

Algunos de los puntos más importantes de su trayectoria son los siguientes:

En 1983 publicó su primer cuento en un periódico de su ciudad;

en 1988 ganó su primer premio estatal de literatura;

en 1989 obtuvo el primer reconocimiento internacional en el concurso de cuento “Más Allá” del Círculo Argentino de Ciencia Ficción y Fantasía;

en 1990 crea el Taller “Terra Ignota” de literatura fantástica en Nuevo Laredo;

en 1991 publica en el Fondo Editorial Tierra Adentro de Conaculta la primera antología de ciencia ficción de autores mexicanos “Más allá de lo imaginado”, en tres tomos;



en 1992 fundó la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía (reelecto nuevamente como presidente en 2000) y empezó a publicar la revista “Umbrales, literatura fantástica mexicana” (1992-2000);




en 1995 recibe su primera beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas (recibe una segunda en 2006);

en 1997 obtiene dos premios nacionales, el “Kalpa” de cuento de ciencia ficción, otorgado por la AMCYF y Conaculta y el “Charrobot”, otorgado por la AMCYF por su trayectoria y por haber publicado en 1989 el primer cuento mexicano de ciencia ficción premiado en el extranjero;

en 2000 y 2002 convocó al Premio Internacional de Literatura Fantástica Terra Ignota, que conjuntó más de 520 participantes de 26 países del mundo.

Algunos de los escritores neolaredenses que surgieron del Taller Terra Ignota y que en diversas ocasiones han ganado premios estatales de literatura de Tamaulipas o han recibido becas y reconocimientos nacionales o internacionales son Marcos Manuel Rodríguez Leija, Jesús de León Serratos, Ramberto Salinas Rodríguez, Carlo Rafael Cantú, Ricardo Antonio Galván, Jorge Eduardo Álvarez y José Luis Alverdi, entre otros.

Federico Schaffler ha sido:

director de Fomento Cultural del Gobierno del Estado de Tamaulipas (1993);

director del Instituto Municipal para la Educación y la Cultura (IMEC) de Nuevo Laredo (1996-1997)

y secretario de Desarrollo Humano y de la Sociedad del Gobierno municipal de Nuevo Laredo (2008-2010), entre otras labores en el servicio público.

Es licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Valle del Bravo (hoy Valle de México) Campus Nuevo Laredo y tiene Maestría en Estudios Interdisciplinarios (Sociología, ciencia política e historia) de la Texas A&M International University, de Laredo, Texas.

Actualmente cursa un doctorado en políticas públicas en la Escuela de Graduados en Administración Pública y Políticas Públicas (EGAP) del Tecnológico de Monterrey.


Fuente: http://laverdad.com.mx/desplegar_noticia.php?seccion=REGIONAL¬a=62451